donde el vino destilaba locura.
Intimidante se acercaba el pensamiento,
mientras la negación le mordía por dentro.
Una frase, un recuerdo, todo erizaba los cabellos.
Pero de nuevo, el pensamiento acechaba,
mirando perspicaz esa viva imagen.
Quiso poner la mente en blanco,
quiso no pensar en nada.
Se abrió paso la bendita esperanza,
en forma de un dedo recorriendo la espalda.
Se encontraron cuando se miraron,
y luego él posó unas palabras en sus labios:
Ve hacia delante, corazón
encuéntrame en el fondo de tu jaula de latón.
Y sellando con un beso, un choque eterno,
se fundieron en uno: el alma y el cuerpo.
Tierra
Que sensual todo con un final tan metafísico jajaja
ResponderEliminarBuen poema, guapa ;)
Un abrazo!!
Muchas gracias ^^
EliminarSi gusta aunque sea un poco, ha cumplido el objetivo
un beso!!
Tierra